martes, 27 de marzo de 2012

Waiting for forever
Director: James Keach
Escritor: Steve Adams
Actores: Rachel Bilson, Tom Sturridge y Richard Jenkins




                                         

Querida Emma:


Estas dos palabras "Querida Emma" me transportan a otra épocacuando nos escribíamos después de que murieran mis padres.


Yo te contaba cosas de mis amigos nuevos y de mi nueva vida y tú me decías que mis padres se daban la gran vida en el cielo.  La verdad no es nada. Lo que tú crees que es verdad es lo que importa.Y lo que yo creía es que iba a estar contigo para siempre, para siempre.


He tardado tanto en escribirte porque he sido estúpido. Me pasé la vida engañándome.


Todas   las   cartas   que   te   he   escrito   han   sido   de   amor. ¿Cómo podrían haber sido otra cosa? Ahora veo que todas salvo ésta fueron cartas de amor malas. Las cartas de amor buenas no piden nada.


Es un placer anunciarte que esta es mi primera carta de amor buena porque tú ya no tienes que hacer nada.   Ya   hiciste   todo. Tengo suficientes recuerdos tuyos en la mente para toda una eternidad, así que, por favor, no te preocupes por mi. "Estoy de perlas" de verdad. Lo tengo todo. Si me concedieran un deseo, sería que la vida te brinde un poco de la felicidad que tú me has brindado y que sientas lo que es el amor.


Tu amigo eternamente,


Will.



I'ts a Kind of a funny story
Director: Anna Boden, Ryan Fleck
Actores: Keil Gilchrist, Zach Galifanakis, Emma Roberts






   Craig: Do you like music?



   Noelle: Do you like breathing?












Ilustraciones del artista Brian Drucker 
que forman parte de la película también:                                        










domingo, 25 de marzo de 2012

Fugaz .


No eligió dónde ni cuándo nacer.
El azar hizo un mal trabajo.
Eligió dónde y cuándo morir.




Ella .

Ella se pone sus gafas y lo ve todo. Ve el futuro, sus sábanas, ve despertares bajo ellas y veranos sin necesitarlas, ve tartas de cumpleaños con velas cambiantes, caras extrañas al abrir regalos y cumpleaños felices desafinados por tenerlos menos ensayados que las nanas. Ve aquí, ve allá, ve relojes y rompe las luces que tiemblan en ellos, pasando por encima con su recién estrenado carnet de imaginar. Ve a sus futuros hijos, se ve valiente.

Salpican los charcos. Vuelve a sus seis años y está balanceándose en su pupitre. Soplan las velas. Apretón de manos.

Es verano, está en la playa, se refleja en sus gafas. Aletea sus pestañas. Forma un tornado para hacer temblar los charcos y a ella aquel día esperando al bus antes de conocerle. Pide un deseo con la que cae en sus dedos. Se besan. Susurra el deseo.

Primavera y allí sigue. Aspira humo y expira nubes, se desinfla, resopla y sigue. Ve, ve, ve, ve. Ve todo porque ella es valiente con sus gafas , pero a veces se las quita y pasa miedo.

Empiezo a cansarme de este viaje continuo al futuro, planeo escapar de mí mismo para meterme en ti en un viaje de solo ida y conseguir parar el tiempo. Divago por el laberinto de la mano de una cuerda por si me arrepiento y quiero salir, pero para llegar al fondo tendré que soltarla. Al fondo del laberinto.

Ella, el molde roto de la perfección, roto para que esos de ahí fuera nunca sospechen que ella es la perfecta y no esos ojos azules y caras simétricas que les dieron los genes, belleza común, belleza sin mérito, que a base de repetición os ha convencido de que es la real. Ella es bella porque no lo intenta, ella es perfecta porque lo niega y su simetría es de cicatrices por haber recibido de los dos lados. Creer en ella era utopía. Creer en ella es nihilismo. Algún día creeré en ella. Algún día acabará el viaje.